La influencia de China llega a las elecciones de la ciudad más grande de EE. UU.

En Nueva York, los clubes sociales respaldados por China socavaron a un candidato al Congreso que alguna vez desafió al régimen comunista en la televisión china.

Ayudaron a desbancar a un senador estatal por asistir a un banquete con la presidenta de Taiwán.

Y criticaron en las redes sociales a un candidato al Ayuntamiento por apoyar la democracia en Hong Kong.

En los últimos años, estas organizaciones han frustrado de manera discreta las carreras de políticos que se oponían al gobierno autoritario de China, mientras respaldaban a otros que apoyaban las políticas del Partido Comunista gobernante en el país. Los grupos, muchos de ellos sin fines de lucro y exentos de impuestos, han permitido al adversario más formidable de Estados Unidos influir en las elecciones de la ciudad más grande del país

En su mayoría, las organizaciones son “clubes de oriundos” de personas procedentes de la misma ciudad o provincia de China. Algunas existen desde hace más de un siglo, mientras que otras decenas han surgido en la última década. Como otros clubes patrimoniales de una ciudad de inmigrantes, dan la bienvenida a los recién llegados, organizan desfiles y fomentan las conexiones sociales.

Pero muchos clubes de oriundos se han convertido en herramientas útiles del consulado de China en el centro de Manhattan, según decenas de miembros de grupos, políticos y antiguos fiscales. Algunos líderes de grupos tienen familiares o negocios en China y temen las consecuencias de desafiar su autoridad. Los funcionarios del consulado les han reclutado para intimidar a políticos que apoyan a Taiwán o cruzan otras líneas rojas de Pekín. En un caso, un agente de los servicios de inteligencia chinos y varios dirigentes de un club de oriundos atacaron al mismo candidato.

Esta intromisión puede parecer modesta, pues afecta a políticos que probablemente no influyan en la política internacional. Pero China está decidida a sofocar la disidencia en su diáspora antes de que se extienda a su país, dijo Audrye Wong, miembro del American Enterprise Institute, quien estudia la influencia china.

Según Wong, Pekín también está haciendo una apuesta a más largo plazo. “Nunca se sabe qué político podría llegar a presentarse al Congreso a nivel nacional, o convertirse en candidato presidencial”, dijo.

Muchos países, incluido Estados Unidos, han interferido en la política en el extranjero. En la ciudad de Nueva York, los fiscales federales dijeron que un funcionario del gobierno turco concedió al alcalde Eric Adams lujosas ventajas en viajes para acelerar la apertura de un nuevo edificio del consulado (Adams negó los cargos, que posteriormente fueron retirados por el gobierno de Donald Trump). Y grupos vinculados al partido gobernante de India han atacado a Zohran Mamdani, musulmán de ascendencia india que se postuló a la alcaldía, alegando que es antihindú.

La maquinaria de influencia de China es una de las más amplias y eficaces del mundo. Durante décadas, ha acosado a exiliados en Francia, ha sobornado académicos en el Reino Unido y ha atacado a políticos en Canadá. Incluso construyó comisarías clandestinas en decenas de países para amenazar a los disidentes. Sus esfuerzos han sido especialmente potentes en la ciudad de Nueva York, donde viven 600.000 personas de etnia china.

En 2023, el Buró Federal de Investigaciones (FB, por su sigla en inglés) detuvo a los dirigentes de un grupo, la asociación America Changle, por gestionar una comisaría de policía en su club. El año pasado, una acusación federal responsabilizó a un antiguo colaborador de la gobernadora Kathy Hochul de conspirar con los dirigentes de dos asociaciones chinas, afirmando que sus actividades políticas “estaban supervisadas, dirigidas y controladas” por funcionarios chinos. Y este verano, agentes del FBI entrevistaron a dirigentes de grupos de Chinatown sobre las presiones del consulado, según dijeron dos dirigentes.

El Times descubrió nuevas pruebas de cómo el consulado ejerce su influencia. Videos subidos a YouTube muestran ceremonias festivas en las que funcionarios del consulado dirigían a grupos de una ciudad natal que pronunciaban promesas de amor a la patria y defender sus intereses. A veces se comprometían a promover la “reunificación” con Taiwán, una democracia insular autogobernada que China pretende absorber en el continente.

Más de 50 organizaciones vinculadas a Pekín han movilizado a sus miembros para recaudar fondos o apoyar a candidatos políticos en los últimos cinco años, según averiguó el Times. Muchas eran organizaciones benéficas sin fines de lucro que, por ley, tienen prohibido hacer campaña electoral.

Un portavoz del Consulado General chino dijo que siempre se había atenido al derecho internacional y que no había influido en las elecciones estadounidenses. “China no tiene interés ni ha interferido nunca en modo alguno”, dijo el portavoz en una breve declaración. Las interacciones del consulado con la sociedad estadounidense “son abiertas y transparentes, y rechazamos enérgicamente cualquier acusación malintencionada y difamación”, afirmó.

En una ciudad donde las victorias pueden estar determinadas por bloques de votos étnicos, las relaciones entre los grupos alineados con China y los dirigentes electos son mutuamente beneficiosas. Los políticos suelen cortejar a estos grupos y, una vez en el cargo, a veces les envían dinero del gobierno.

Adams —cuya antigua colaboradora dimitió en medio de una investigación sobre la posible intromisión de China en la última contienda por la alcaldía— se ha asegurado el apoyo de los líderes de al menos nueve clubes de oriundos en su dura campaña por la reelección. Esa colaboradora y otro partidario de Adams también causaron revuelo tras los informes de la semana pasada de que habían dado sobres rojos con dinero a algunos periodistas en los actos que organizaron este verano.

¡Comparte!

You must be logged in to post a comment Login