A partir de este miércoles 1 de octubre, más de un millón de inquilinos en Nueva York comenzarán a pagar más por sus viviendas bajo renta controlada, luego de que entraran en vigor los aumentos aprobados este verano por la Junta de Normas de Alquiler de la Ciudad de Nueva York.
De acuerdo con la medida, los contratos de arrendamiento de un año en apartamentos con renta estabilizada aumentarán en un 3%, mientras que los contratos de dos años subirán en un 4.5%.
Estos ajustes se aplicarán a todos los contratos firmados a partir del 1 de octubre de 2025 y permanecerán vigentes hasta el 30 de septiembre de 2026.
Una votación polémica
La votación de la junta, que se llevó a cabo en junio, terminó con un resultado 5-4 a favor del aumento, luego de intensas protestas de inquilinos y defensores de vivienda que exigían una congelación de alquileres ante el aumento del costo de vida.
Muchos manifestantes advirtieron que incluso incrementos modestos podrían empujar a las familias a abandonar sus hogares, especialmente en vecindarios como East Harlem, donde la presión económica ya es crítica.
El alcalde Eric Adams había pedido a la junta considerar el aumento “más bajo posible”, aunque rechazó la idea de una congelación total, argumentando que dejaría a los propietarios sin los recursos necesarios para cubrir reparaciones y mantenimiento.
Impacto en la ciudad
Los aumentos afectan a cerca de un millón de apartamentos en renta estabilizada distribuidos en toda la ciudad.
Para los inquilinos, significan un gasto adicional en un contexto de inflación y crisis de vivienda; para los propietarios, un alivio frente al aumento de costos operativos y de servicios.



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