Las empresas de movilidad VTC Uber y Lyft han acordado pagar a los conductores de Nueva York un total de 328 millones de dólares en salarios atrasados y acometer una serie de reformas de las condiciones laborales para dar respuesta a las investigaciones del Estado sobre sus prácticas corporativas.
Ambas compañías han aceptado ofrecer bajas por enfermedad remuneradas; establecer un “umbral de ganancias” mínimo y mejorar los avisos de contratación e ingresos, entre otras medidas, ha informado este jueves la fiscal general de Nueva York, la demócrata Letitia James, en un comunicado.
En virtud de sendos acuerdos, Uber pagará 290 millones de dólares y Lyft, 38 millones, a los más de 100.000 conductores, en activo y retirados. La fiscal general sostiene que Uber dedujo indebidamente de 2014 a 2017 el impuesto sobre las ventas y otros cargos de los cheques de pago a los conductores que deberían haber sido pagados por los pasajeros.
Uber engañó a los conductores al decirles que solo deduciría su comisión de las tarifas, y que se permitía a los chóferes cobrar a los pasajeros cualquier peaje, impuesto o tasa en que se incurriera durante un viaje, como por ejemplo la muy común tasa por tráfico denso.
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