Donald Trump le dio a un fiscal de Nueva York un nuevo título laboral para mantenerlo en el poder después de que los jueces federales rechazaran su nombramiento.
Se suponía que John Sarcone III sería destituido como fiscal federal interino para el distrito norte de Nueva York después de que un panel judicial se negara a declarar permanente su nombramiento. En cambio, el Departamento de Justicia lo ha nombrado “fiscal especial del fiscal general” con las mismas facultades y sin límite de tiempo.
Este nombramiento refleja la curiosa práctica de Trump de eludir los mecanismos tradicionales de supervisión. A diferencia de su primer mandato, cuando los 85 candidatos a fiscal federal fueron confirmados por el Senado, su segunda administración ha nominado formalmente solo a aproximadamente una cuarta parte de esa cifra, recurriendo en cambio a nombramientos interinos que eluden la confirmación del Senado.
Carl Tobias, profesor de derecho de la Universidad de Richmond, quien intenta comprender el nombramiento, afirmó que el Departamento de Justicia se basa en una ley federal llamada Sección 515 del Título 28 del Código de los Estados Unidos para justificar la medida, pero considera que es una exageración. Dicha ley permite que “abogados especiales” se ocupen de casos específicos, pero este tipo de solicitud podría no estar destinada a permitir que alguien se desempeñe como fiscal federal interino y primer asistente al mismo tiempo.
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